Planificación: la práctica hace la perfección

Cuando se trata de planificación, un estudio reciente encuentra que las habilidades de planificación se pueden aprender y mejorar incluso si no son inherentes a la naturaleza particular de alguien. Pensar en el futuro se ha relacionado con mejores capacidades para tomar decisiones, pero no ha habido mucha información sobre cómo el cerebro lo logra.
Para aprender más sobre la “profundidad de planificación” de las personas, un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York se unió para descubrir si es posible aprender esta habilidad. Embellecieron el clásico juego de tres en raya para que tuviera pasos de toma de decisiones más evolucionados y pidieron a los participantes que discutieran sus pasos en un árbol de decisiones que describía todas las formas posibles en que sus movimientos podrían influir en el juego. Construyeron un modelo informático basado en esta información para comprender y extrapolar mejor los datos.
Luego, los investigadores pidieron a los jugadores que observaran a otros jugando y que anticiparan los movimientos de los demás y los siguientes resultados. Los humanos anticiparon correctamente los movimientos la mitad del tiempo, por lo que basaron el modelo informático en ese nivel de error.
La principal conclusión del experimento es que una mejor planificación se basa realmente en la capacidad de detectar e identificar patrones. Los mejores planificadores pueden hacer esto con mayor precisión y rapidez que aquellos que dicen que no son tan buenos planificando.
Aprender a identificar patrones con mayor velocidad y precisión es algo que se puede aprender, basándose en lo que los investigadores vieron en su modelo informático del juego. Esto puede ser una buena noticia para quienes tienen habilidades organizativas más débiles. Con más práctica, la capacidad cognitiva para planificar profundamente puede volverse más sofisticada.