Enfermedad del hígado graso no alcoholico, la detección temprana es el secreto para la cura
Hay una serie de condiciones médicas que en realidad aumentan las posibilidades de que una persona padezca la enfermedad del hígado graso.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico es una de las dolencias más comunes que afectan a las personas en todo el mundo.
Aproximadamente entre el 25 y el 30 % de la población humana, padece esta enfermedad. Se ha sabido por un tiempo que el consumo excesivo de alcohol, o de ciertos medicamentos o drogas recetados, genera una acumulación de grasa en el hígado, lo que lleva a una serie de otros problemas de salud y preocupaciones. Sin embargo, en ausencia de cualquiera de estas sustancias, cuando vemos la misma condición, se conoce como enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Pero si el alcohol o las drogas no están presentes, ¿qué está causando la aparición de esta enfermedad? Hay una serie de condiciones médicas que en realidad aumentan las posibilidades de que una persona padezca la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Estas condiciones incluyen principalmente, diabetes, obesidad, hipertensión y colesterol anormal, entre otros.
Estas condiciones juntas pueden llamarse síndromes metabólicos y aumentan en gran medida las posibilidades de que una persona contraiga la enfermedad del hígado graso. De hecho, las estadísticas muestran que la incidencia de esta enfermedad en pacientes con síndrome metabólico es tan alta como 50-60%. En otras palabras, 1 de cada 2 personas podría presentar síntomas de enfermedad del hígado graso.
La condición parece ser común en todo el mundo, esta condición no se debe tomar a la ligera. Si bien decenas de personas pueden vivir con la enfermedad, en realidad deberían ser conscientes de las graves consecuencias de no manejar adecuadamente la afección. Si no se maneja adecuadamente, se sabe que la enfermedad progresa a cirrosis hepática, hepatitis o incluso cáncer. Lo que hace que esto sea difícil de detectar es que en las etapas iniciales, la enfermedad casi siempre es asintomática. Esto significa que los pacientes que se encuentran en las etapas primarias de acumulación de grasa en el hígado debido a cualquiera de las causas, en realidad no experimentarán ningún efecto secundario o síntoma.
Entonces, ¿cómo podrá saber si usted o alguien que conoce tiene la enfermedad y cómo puede controlarla? El método más sencillo de detección son las ecografías, que pueden mostrar acumulación de grasa en el hígado, o una prueba de función hepática, que muestra anomalías. En caso de anomalías, el diagnóstico suele confirmarse mediante pruebas más avanzadas. Se recomienda que las personas que puedan estar en riesgo debido a otras afecciones subyacentes se realicen estas pruebas de forma rutinaria siguiendo el consejo de su médico para garantizar su seguridad.
Hoy en día, con el avance de la ciencia médica y una mejora en la comprensión de la enfermedad, existen varios métodos diferentes para controlarla y tratarla.
Como es el caso de los suplementos hepatoprotectores, que ayudan a revertir e incluso tratar el padecimiento una ve que ha llegado a la etapa de fibrosis, es mejor controlar y tratar la enfermedad en sus etapas iniciales.
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